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introducción

hay un escrito llamado "el principio del fin" si estas interesado en mi libro te recomiendo leerla, ya que es la un pequeño texto ...

domingo, 28 de junio de 2020

Capítulo 18


El otro lado de la moneda

- ¿Por qué está lloviendo? ¿estoy de nuevo aquí? -
Thaniel se levanta de golpe, hay un sudor frío que le recorre todo el cuerpo.
-De nuevo… espera esto no es sudor… son…-
Después de una mañana de análisis.
 -Thaniel está en el acantilado por donde cayó-
-Tranquilo yo iré a hablar con él…-
“Si estás dispuesto a esto, tendrás que dejarlo todo a tras” la mirada del joven se nota vacía, Thaniel se recuesta al borde del abismo, mirando al cielo. Una lagrima escapa de sus ojos, no hay viento y el sol no irradia calor, una mente nublada, pensamientos sin sentido que vienen y van.
-Hola, pequeño-
-Hola abuelo, perdón solo estaba…-
-Pensando en ellos, lo sé, ven conmigo, quiero mostrarte algo- El abuelo de Thaniel responde dándose media vuelta y caminando.
Thaniel lo sigue por un pasillo que parecen no ser parte del edificio, las paredes poco a poco pierden el color blanco y se transforman en paredes gruesas de ladrillo y concreto, arcos que presumen ser muy viejos, telarañas e insectos por doquier, tras un largo pasillo adornado moho y hongos llegan a una puerta, el abuelo de Thaniel la jala con desmesura, dando la indicación al joven para entrar.
Tras la puerta se encienden lámparas con un destello pobre, en la habitación se divisan tubos y mangueras que llevan hasta una camilla destruida, con marcas de sangre y rastros de una pelea, el abuelo de Thaniel continua inmutable en dirección a otra habitación oculta tras el escombro.
-Ven aquí-
-Si…- Thaniel responde con voz temblorosa.
Tras encender la luz se ve en la habitación una tabla con múltiples cinturones, en las paredes numerosas navajas, cuchillas, martillos, estacas y más objetos de tortura de los que una mente podría imaginar, todos oxidados y corroídos por el paso del tiempo.
-¡Abuelo! – Thaniel trata de ver atrás de él, buscando a una persona la cuál pareciera haberse esfumado.
-¡Hoy veré si realmente tienes lo que ni tu padre ni tu madre tuvieron!- El anciano agrita asestando una patada al plexo solar del chico haciendo que este se retuerza de dolor en el suelo.
-Abuelo… p-por favor… n-no pe-learé contigo…- dice el joven mientras trata de levantarse.
-Entonces muere- Responde el señor mientras patea el rostro del joven, tras caer, este continúa golpeándolo en el suelo.
-¡p-para!- el chico susurra con los últimos esbozos de aire en sus pulmones, mientras que el anciano continua golpeando.
Los ojos del chico se ponen blancos, su cuerpo cae mientras deja de respirar y un último pensamiento recorre su mente “¿es el final?”
-jajajaja eres patético-
-¿Quién?- Thaniel levanta su rostro lentamente -Tu eres...-
-Si, soy la parte de tí que está arto de pasar de una familia a otra-
-¿Esta es mi mente?-
-Supongo que sí-
-¿Entonces voy a morir?-
-¡wow!, eso jamás fue parte del trato, quieres matarlos a todos ¿no?-
-¡No!-
-Pues lástima, porque la única forma de que llegue una verdadera paz es haciendo que los lideres caigan; Y se revuelquen en su propia miseria, al final, siempre es así-
-Por favor, basta-
-Es la verdad… O si quieres quédate tirado aquí y vamos a morir-
-Sería lo mejor, así jamás molestaría a nadie-
-¿Puedo preguntar una última cosa?-
-Si…-
-¿No dijiste que querías salvarlos a todos?-
El abuelo de Thaniel toma una daga de la pared mientras camina con paso firme hacia el chico, no agrega ni una palabra, simplemente examina el ambiente, y sin dudar lanza el ataque al cuerpo inmóvil en el suelo.
Solo toma un parpadeo para que Thaniel le arrebate la daga, mientras la coloca en el cuello de su agresor y se postra tras él.
-Vamos ¡asesíname! - El señor grita con una risa sincera mientras cierra los ojos, tras unos segundos de esperar la sonrisa desaparece y su respiración hace notar su descontento.
-¡Te dije que me mata…!- El anciano grita dando un salto hacia un lado, quitándose por completo del peligro, tras una mirada decaída observa al chico. La suave luz rojiza alumbra a Thaniel, el chico está de pie, pero inconsciente, su ropa esta rota, múltiples heridas recorren su cuerpo, sus piernas semi dobladas con moretones y cortes visibles, su torso sucio con múltiples marcas, uno de sus brazos caído, derramando sangre, mientras que el otro con múltiples rasguños y al final de su mano la daga, su rostro deshecho, los ojos en blanco, una ceja sangrante, el labio superior destrozado, un ojo morado y múltiples rasguños.
-Te enseñaré, a controlar el sufrimiento y como provocarlo en otros, pero por el momento, te examinaré, tener dos distorsiones no es de todos lo días. Precisión y rapidez, puede ser un arma mortal- Susurra el anciano cerrando sus ojos mientras una sonrisa se le forma en el rostro.
-Tú, mi querido Thaniel, serás mi jinete de la muerte-

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